jueves, 18 de octubre de 2012

La Familia


Esta redacción trata sobre Helena, madre de dos adolescentes, Ana y Belén. Ana tiene 18 años y Belén 15. Entre ellas se llevan bien, aunque con Belén hable más y tengan más trato, quiere a las dos por igual. Con Ana la relación es un poco más cerrada, casi no hablan y tampoco se cuentan las cosas. Todo les iba bien hasta que Helena empieza a tener dolores y a encontrarse muy mal, nadie sabe bien lo que le pasa, y en el hospital le dicen que solo tiene anemia y poco más. Entonces ella se conforma con lo que le han dicho porque tampoco puede hacer nada.
Al de unos días la tienen que llevarla a urgencias de los dolores que tiene; después de tirarse mucho tiempo en la sala de espera, le hacen caso. Los médicos se asombran al ver que tiene cáncer, no entienden como no lo habían visto antes. Se lo comunican a las hijas de Helena y ellas empiezan a llorar asombradas. 
En ese momento lo único que quieren es ver a su madre, pero de momento no pueden. Ana y Helena se plantean denunciar a los médicos por no haberle visto antes el cáncer, pero al consultárselo a la madre de Helena, Grace, entre todas deciden que es mejor centrarse en que su madre se cure e intentar ayudar lo máximo posible. Cuando por fin consiguen verla, ella las confiesa algo. En realidad Helena ya sabia que tenia cáncer, pero no se lo quería decir a sus hijas porque ellas bastante tenían con que su padre las abandonara no hace mucho. Belen, la mas pequeña se lo toma muy mal y sale corriendo de la habitación, llorando. Ana en cambio, se queda callada en la silla sin abrir la boca. 
Cuando Belen se da cuenta de que su madre no tenía mas alternativa, vuelve y pide más explicaciones, para poder entenderlo todo. La madre les dice a sus hijas que pensaba que las iba a hacer mucho daño al contarlas que tenía cáncer y que era bastante difícil que habría cura.
Entre las tres deciden luchar y hacer todo lo posible para curarse, sea lo que sea. Aunque Helena no tiene muchas fuerzas para ello, hace todo lo que puede para no abandonar a sus hijas.
Tras pasar 4 meses, los médicos les dicen que ya no tiene cáncer, que la quimioterapia ha funcionado muy bien y que se puede ir a casa tranquilamente, que si tiene algún dolor o algo que vuelva al hospital. Ana y Belén están muy contentas y después de todo lo que las ha pasado tienen una buenísima relación con su madre y se llevan mejor que nunca.  

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